No lo llames Facebook, llámalo Meta

Hola Meta, adiós Facebook

Lo que era un secreto a voces, se hizo oficial el mes pasado. Facebook, la empresa (no la red social), cambiaba de nombre. A partir de ese momento pasó a llamarse “Meta Platforms, Inc.” El anuncio del cambio de nombre vino acompañado de un vídeo, donde el propio Mark Zuckerberg explicaba el nuevo rumbo que le quería dar a su empresa: el metaverso.

Esto tampoco sorprendió a nadie, ya que Mark ya llevaba tiempo interesándose por la realidad aumentada, así que era de suponer que, una de las mayores fortunas del planeta, se adentrara en este nuevo mundo. 

Hasta aquí todo normal. Zuckerberg quiere acercarnos a todos al metaverso, que hasta ahora, al menos en España, era algo que la gran mayoría desconocía de qué se trataba, más allá de un par de comparaciones con “Los Sims” y algún que otro artículo publicado hablando del tema. Pero, ¿realmente esta es la finalidad última que persigue el bueno de Mark con el cambio de nombre, o existe algo más? Ya lo dicen “piensa mal y acertarás”, y claro, con Facebook no iba a ser diferente.

Se lo ha ganado a pulso. Facebook y Zuckerberg, en los últimos años, han sido continuamente noticia y en la mayoría de los casos, por escándalos muy sonados: venta de datos de usuarios, espías rusos, ciberataque o el más grande de todos hasta la fecha, Cambridge Analytica. Y un largo etcétera, que daría para otro artículo. Es por eso que muchos sospechamos que el cambio de nombre obedece a otra cosa: lavado de imagen.

El problema está en que de poco sirve el cambio de nombre si no va acompañado de algo más. Como ya os contábamos en el nuestro post sobre el Branding , solo un nombre, un logo o un color llamativo no es suficiente. Por eso, está claro que su intención es únicamente mejorar la reputación.

Para que el rebranding sea efectivo en un caso como este, os dejamos a continuación unos pasos a tener en cuenta si se da un caso de este tipo (mala reputación en nuestra empresa) y queremos reconducir la situación:

  1. Conocer el motivo de nuestra mala reputación: factores externos (mala prensa, ataque de la competencia, clientes insatisfechos) o factores internos (errores cometidos por nosotros mismos, incongruencias con nuestros valores de marca…)
  2. Una vez que conocemos el motivo, decidir qué estrategia es la mejor para reconducir la situación: nota de prensa explicativa, rueda de prensa, conceder entrevistas para intentar mitigar las críticas o además de todo ello, realizar un rebranding.

IMPORTANTE: En el caso de elegir este último no bastará solo con cambiar el nombre de la empresa o solo el del producto. Habrá que cambiar ambos (en el caso que nos ciñe, tanto el de la App, como el de la empresa). Pero además, debemos revisar nuestra filosofía empresarial y nuestra estrategia de branding, porque lo más seguro es que la crisis reputacional se deba a que no hemos sido fieles a nuestros valores.

  1. El siguiente paso será realizar una campaña (ya sea online o offline, siempre dependiendo de donde se encuentre nuestra audiencia) para dar a conocer los cambios que se han llevado a cabo. En el caso del rebranding, anunciar el nuevo nombre de la marca, colores corporativos, nueva filosofía, etc.
  2. Es el momento de medir el impacto de la campaña y ver como ha sido recibida, tanto por nuestra audiencia, como por el resto.
  3. Y por último, esperar que todo haya ido bien y la situación se haya encauzado.

Ahora ya sabes qué pasos deberías seguir ante una crisis de este tipo. Esperamos que nunca te encuentres en una situación similar, pero si se produce, no hagas lo mismo que Mark Zuckerberg.  

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